Corremos a pleno pulmón, observamos el paso de las espumosas olas, reflexionamos sobre nuestras experiencias y todo unido aquí, componiendo anécdotas y sobretodo sintiendo Senegal en lo más profundo de nuestros corazones. Es más rápido, y, sobre todo… Hoy, las cabras y el mar han sido nuestras agradables y pacíficos compañeros en el deporte, que se ha hecho mucho más ameno al recordar que el desayuno nos esperaba en un restaurante de la paradisíaca isla de Gorée, en la que nos encontramos desde ayer y en la que hoy hemos encontrado curiosos a la vez que importantes lugares como la casa de los esclavos. Ahora sólo queda dar las gracias una vez más a todos los que habéis hecho posible esto, especialmente a la organización y a los patrocinadores, pero también a los expedicionarios, porque MRS es lo que es debido a vosotros. Tatiana Ogliasti, delegada de Nuevo futuro en Senegal, nos cuenta que a las familias de origen no parece importarles que su organización se inmiscuya en la relación con sus hijos, porque ésto, dice sonriendo, es Senegal, y aquí todo el mundo se inmiscuye en los asuntos de todo el mundo.
Y que en el momento en el que lo hagamos nos daremos cuenta de la gran suerte que tenemos por haber vivido esta experiencia tan impresionante. Mi estómago ruge desatado y sólo una buena ración militar es capaz de frenarlo, lo cual es más que suficiente por el momento! Antes de partir hacia Dakar nos hicimos una foto de grupo para re-inmortalizar el momento. El convoy, reunido de nuevo, regresa hacia Dakar. Han sido tantas cosas y tantos momentos apasionantes es tan solo 17 días que no tendría sentido nombrar algo en especial: Aunque lo que si es verdad es que algunos momentos han sido de ciencia-ficción, la paso del río para llegar a Salétama, la tormenta hacia Kaolack, el recorrido de 250 kilómetros por la playa de Saint Louis- Dakar. Cruzar una playa de cientos d kilómetros de San Luis a Dakar en todo terrenos descapotables no es algo común que se pueda hacer normalmente. Resulta que el trayecto de casi doscientos kilómetros que hoy recorremos, coincide con la última etapa del París – Dakar, algo que todavía le suma algo más de intriga y emoción a la jornada de hoy!
Según nos acercábamos a la capital había mucha más gente, camiseta senegal el trayecto se estaba acabando y millones de imágenes de habían guardado en nuestra mente. Madrid Rumbo al Sur! Hemos emprendido el camino rumbo a nuevas emociones, nuevas culturas, nuevas realidades, nuevas gentes, definitivamente los 100 expedicionarios hemos emprendido el camino rumbo al sur. Cuando se valoraba ya que este vehículo diera la vuelta y emprendiera camino diferente al del convoy, un viejo del lugar, aparecido de Dios sabe dónde, me dice que el camión puede pasar por la zona más cercana al espigón, donde la arena es más dura, y hay piedras que pueden ayudar a la tracción. Cruzamos en cayuco el río Senegal y a continuación pata coja y ya nos montamos en un camión 4×4 y, al igual que todos nos disponemos a comenzar la última etapa desde San Luis hasta Dakar. Todo el espacio de playa cercano a Dakar es un hervidero de senegaleses practicando o entrenando todo tipo de deportes de equipo.
Los camiones y las pick-ups avanzaban por una larga playa que parecía no acabar nunca. Ilusionados, subimos a los camiones y pick-ups para empezar lo que posteriormente sería una de las mejores aventuras del viaje. Creo que estuve cerca de padecer un ataque del Síndrome de Stendhal. Ojalá se invente una palabra que englobe esa mezcla de sentimientos que sentí al bajar del avión cuando llegué a Dakar y notar tan singular humedad, nervios, confusión, intriga, oscuridad… Senegal sabe a arroz, suena a dyembés, huele a humedad, pescado, y en determinadas ciudades a lobo marino putrefacto. Nada de esto es igual que en España. Una vez adentrados en la orilla, no me creo lo que veo, lo que siento, esto sólo ocurre una vez en la vida. Lo previsto parece torcerse cuando, pasados unos kilómetros, una especie de espigón se interpone en nuestro camino por la orilla, y hay que bordearlo por la parte superior, subiendo por la playa e introduciéndose en la seca y abundante arena fina.